Todos tenemos sueños y planes para nuestra vida. Pero cuando la realidad
no satisface las expectativas que surgen de esos sueños, afrontamos la
posibilidad de desilusión y hasta desesperación. Esas fuertes
emociones negativas pueden llevarnos a tomar malas decisiones. Y esas
malas decisiones luego resultan en consecuencias perjudiciales, y la
espiral de emociones negativas se vuelve cada vez más descontrolada
hasta llegar al extremo de que nos sentimos atrapados en un mundo que
nunca imaginamos ni soñamos.
A pesar de que al transcurrir de nuestra vida no se concreten esos sueños es presiso adaptarnos a la nueva realidad que se esta viviendo e iniciar en nuevos sueños, nuevos planes.
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