LEVANTATE
“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.”. Hebreos 12:12-13
Muchas veces la adversidad, la enfermedad de un familiar, el fracaso de una relación sentimental o negocio, el que te fallen o dejen las personas en quienes confiabas, te hace menguar, bajar las manos te hace pensar en detenerte o incluso pensar en claudicar.
El pasaje de Hebreos 12:12-13 aparece en escena dentro en el contexto de la galería de los héroes de la fe, personas comunes pero con determinación extraordinaria, sujetas a pasiones pero que lograron conquistase así mismas, que enfrentaron adversidad y oposición pero supieron sobreponerse a ellas incluso a sus propias limitaciones, y que a la postre triunfaron, cumpliendo el propósito de Dios en sus vidas. Hebreos 11:32,40
Una actitud incorrecta que puedes tomar ante la adversidad, la oposición y el fracaso, es el hecho de pensar que estas solo, que sólo a ti te suceden esas cosas. Pero eso, está lejos de la realidad, muchos de nuestros hermanos en la fe han pasado, están pasando y pasarán situaciones similares. Lo que te está aconteciendo no ha venido para destruirte sino para hacerte aún más fuerte y para promocionarte.
¿Cómo sobreponerte a la adversidad, oposición y fracaso?
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. ”. Hebreros 12:1-2
Mira a los testigos. Observa y aprende de aquellos que vencieron sus propios temores, escucha a los que te dicen: echa mano de la fe, levántate, porque ciertamente triunfarás. Imita aquellos que han logrado sobreponerse y han triunfado en la vida, has oídos sordos a las voces internas y externas que te limitan y te menoscaban.
Despójate de todo peso que te estorba. Deja atrás el dolor, el resentimiento, el temor, la angustia, el pecado y proyéctate para la carrera que tienes por delante. Aún tienes mucho por qué luchar, que nadie te diga que no puedes o que te detengas.
Fija tu mirada en Jesús. Jesús es la persona que nació para morir, que nació con un propósito eterno, y que no se doblegó ante la tentación, la adversidad y oposición, sino que siguió ¡hasta la muerte! Por otro lado Jesús nunca te dejará, las personas te podrán fallar, pero Jesús prometió estar contigo todos los días de tu vida, eso incluye los días adversos.
Reenfoca tus objetivos. Aprende de Jesús. Él no vio otra cosa, sino que fijó su objetivo en el gozo que le esperaba, ese gozo no solo era la resurrección y el estar a la diestra de Dios el Padre, sino eso gozo eras tú, que a través del sacrificio de la cruz, con el tiempo vendrías al conocimiento del evangelio y a formar parte de la familia de Dios.
Aférrate a las promesas que Dios te ha dado, y que el gozo que tienes por delante, el gozo de alcanzar las promesas de Dios, sea lo que te de fuerza en la batallas de la vida.
¿Cómo levantarte nuevamente?
“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.”. Hebreos 12:12-13
¡Levanta las manos!
Las manos caídas son señal de derrota, de frustración, de desconsuelo, de resignación. Las manos levantadas son símbolo de victoria, pero también de dependencia de Dios.
“Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. ”. Éxodo 17:12
¡Levanta y activa las rodillas paralizadas!
Las rodillas paralizadas o dobladas es figura de doblegar. Por eso, cuando hay problemas, oposición o fracaso, todo se detiene, así que actívate, levántate nuevamente, deja de estar paralizado, esto no es el fin del mundo, hay una vida aún.
Haz sendas y vuelve a caminar
No importa si has fracasado o si te han dado la espalda, ¡inténtalo nuevamente! y busca nuevas alternativas, nuevos proyectos, nuevas sendas, si las anteriores se han cerrado.
Elías al verse perseguido por Jezabel, huyo al desierto y deseó incluso la muerte y se escondió en cueva. Pero Dios para reanimarlo le dijo, que no había terminado con él, que tenía que ungir dos reyes (Hazael y Jehú) y a formar un sucesor (Eliseo).
“Y le dio Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.”. 1ª. Reyes 19:15-16
En resumen…
La forma en que tu afrontes la adversidad, la oposición y el fracaso, hará de ti una personas que inspire a otros cuando te vuelves testigo y héroe de la fe, o servir de freno para otras personas que vienen detrás tuyo. Lo que tú hagas, o dejes de hacer tiene repercusiones eternas y generacionales.
Levántate, porque al hacerlo serás un instrumento útil en las manos de Dios para llevar a cojo de nuevo al camino correcto y sanar al enfermo.
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